GianMDC
Miembro maestro
Es difícil sorprenderse y menos, reitero, si se tiene memoria. Hace unos años apareció en los medios una fulana (que luego se supo que era travesti) vinculada a un meta que, llena de rabia, denunció que estaban dejando entrar mujeres a la concentración. En medio del sofocón quedó más o menos claro, entre otras perlas, que alguna vez se permitió el ingreso de una ranqueda orquesta. Cosa de gustos, de acuerdo al mandón de turno.
Fue entonces que se decidió concentrar en un apartado y lujoso hotel de la Molina, una verdadera fortaleza a salvo de travestìs, orquestas y de la propia turbamulta de recaderos, correveidiles y huleguisos que solía filtrarse en la Videna.
Así son las cosas y por ello resulta risible que andemos discutiendo si Paolo Guerrero salió o no, o a qué hora y qué día salió. Enclavado en la roca donde empiezan o terminan los Andes, el hotel de totémico nombre se levanta bello y recortado al horizonte. Para contemplarlo hay que darle la espalda a la ciudad. Faraónico. Y muy moderno. A la izquierda se encuentra el acceso peatonal, sobre la derecha, a su vez, el acceso vehicular. Detrás la roca tutelar
No le falta nada al hotel. Por eso una simple mirada de novato a la fachada arroja la existencia de varias cámaras de seguridad destinadas a captar el ingreso o salida de peatones y automóviles durante 24 horas al día.
No habiéndose reportado falla alguna en los sistemas de seguridad del Hotel, deberíamos abstenernos de perder energía discutiendo. Los videos de seguridad están ahí y pueden ser utilizados por la parte legal de Paolo Guerrero en el juicio a Magaly o por los abogados de Magaly para contrarrestar la demanda.
Salvo que alguien vaya corriendo a editarlos. No creo. No lo sé. Cuando yo llegué había quietud, el sistema de grabaciones estaba instalado y no había perdido operatividad recientemente. La verdad del caso Guerrero, en consecuencia, se encuentra cifrada en una suerte de caja negra que alberga un lujoso hotel que se supone es cualquier cosa menos una coladera. Porque si no, mejor dejen nomás dejen nomás pasar a travestís y orquestas y ahorremos dinero.
Fue entonces que se decidió concentrar en un apartado y lujoso hotel de la Molina, una verdadera fortaleza a salvo de travestìs, orquestas y de la propia turbamulta de recaderos, correveidiles y huleguisos que solía filtrarse en la Videna.
Así son las cosas y por ello resulta risible que andemos discutiendo si Paolo Guerrero salió o no, o a qué hora y qué día salió. Enclavado en la roca donde empiezan o terminan los Andes, el hotel de totémico nombre se levanta bello y recortado al horizonte. Para contemplarlo hay que darle la espalda a la ciudad. Faraónico. Y muy moderno. A la izquierda se encuentra el acceso peatonal, sobre la derecha, a su vez, el acceso vehicular. Detrás la roca tutelar
No le falta nada al hotel. Por eso una simple mirada de novato a la fachada arroja la existencia de varias cámaras de seguridad destinadas a captar el ingreso o salida de peatones y automóviles durante 24 horas al día.
No habiéndose reportado falla alguna en los sistemas de seguridad del Hotel, deberíamos abstenernos de perder energía discutiendo. Los videos de seguridad están ahí y pueden ser utilizados por la parte legal de Paolo Guerrero en el juicio a Magaly o por los abogados de Magaly para contrarrestar la demanda.
Salvo que alguien vaya corriendo a editarlos. No creo. No lo sé. Cuando yo llegué había quietud, el sistema de grabaciones estaba instalado y no había perdido operatividad recientemente. La verdad del caso Guerrero, en consecuencia, se encuentra cifrada en una suerte de caja negra que alberga un lujoso hotel que se supone es cualquier cosa menos una coladera. Porque si no, mejor dejen nomás dejen nomás pasar a travestís y orquestas y ahorremos dinero.