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Miembro maestro
TAUROMAQUIA
La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, toro, y μάχεσθαι, luchar), en un sentido restringido, se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros; siendo su expresión más elaborada la corrida de toros, un espectáculo practicado en España, Portugal, sur de Francia, y en algunos países de América Latina como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia así como espectáculo de exhibición en China, Filipinas, Estados Unidos y Cuba. Sin embargo, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes en el espectáculo, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional.
Algunas personas, incluyendo filósofos como Jesús Mosterín, la escritora y periodista Pilar Rahola, y artistas como The Pretenders se han opuesto a las corridas de toros, por considerarlas contrarias a la más mínima sensibilidad. Ellos han preferido la exaltación del toro como animal libre en su medio natural, o por lo menos el quitar los elementos que hieren o matan al animal.
Cada año PETA organiza el encierro humano como una manifestación en lo particular contra la corrida de San Fermín, y en lo general contra todas las formas de tauromaquia que impliquen crueldad con los animales.
Muchos consideran el toreo una práctica de excesiva crueldad que atenta contra los derechos de los animales, y que no puede ser considerada ni una manifestación cultural, artística ni deportiva
Los partidarios de los derechos animales usualmente consideran la tauromaquia una forma de tortura. Para ellos esta relación reduce el valor que se asigna a la vida de los animales, incluido el hombre. Esta posición u otras afines son mayoritarias en países en que la práctica es ilegal, y tienen diferentes grados de adherencia en países en que la actividad es legal.
Por otra parte, los defensores del toreo afirman que el toro de lidia no existiría en esta época actual si no fuera por las corridas de toros al ser un animal no rentable económicamente para otros fines que no sean la lidia. En la ganadería, en cualquiera de sus modalidades de cría, selección y venta, se necesitan de 3 a 4 años para que un toro llegue a un peso ideal para venta de sus carnes. Los críticos del toreo responden que el toro de lidia no es una especie natural, sino el producto de la selección humana para obtener justamente un animal adaptado a las necesidades de la práctica taurina, y genéticamente igual al toro y la vaca doméstica.
Los defendores del toreo argumentan que el toro de lidia es un descendiente de la raza Uro y el último descendiente genética de esta raza.
Si bien, en esta misma controversia se alega que su proceso evolutivo ha sido intervenido por el hombre (organismos genéticamente modificados).
Finalmente, existen otras críticas que apuntan a que la lidia está, en muchos casos, preparada para minar las capacidades físicas del toro mediante el proceso de afeitado que consiste en modificar los cuernos del toro, para que su ataque no sean tan peligroso para el torero.
*En lo particular esta clase de eventos en donde se utiliza a estos animales para saciar una sed de sangre, me repugnan.
Peor aún si dicen: "es de machos", yo diria "es de enfermos".
La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, toro, y μάχεσθαι, luchar), en un sentido restringido, se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros; siendo su expresión más elaborada la corrida de toros, un espectáculo practicado en España, Portugal, sur de Francia, y en algunos países de América Latina como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia así como espectáculo de exhibición en China, Filipinas, Estados Unidos y Cuba. Sin embargo, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes en el espectáculo, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional.
Algunas personas, incluyendo filósofos como Jesús Mosterín, la escritora y periodista Pilar Rahola, y artistas como The Pretenders se han opuesto a las corridas de toros, por considerarlas contrarias a la más mínima sensibilidad. Ellos han preferido la exaltación del toro como animal libre en su medio natural, o por lo menos el quitar los elementos que hieren o matan al animal.
Cada año PETA organiza el encierro humano como una manifestación en lo particular contra la corrida de San Fermín, y en lo general contra todas las formas de tauromaquia que impliquen crueldad con los animales.
Muchos consideran el toreo una práctica de excesiva crueldad que atenta contra los derechos de los animales, y que no puede ser considerada ni una manifestación cultural, artística ni deportiva
Los partidarios de los derechos animales usualmente consideran la tauromaquia una forma de tortura. Para ellos esta relación reduce el valor que se asigna a la vida de los animales, incluido el hombre. Esta posición u otras afines son mayoritarias en países en que la práctica es ilegal, y tienen diferentes grados de adherencia en países en que la actividad es legal.
Por otra parte, los defensores del toreo afirman que el toro de lidia no existiría en esta época actual si no fuera por las corridas de toros al ser un animal no rentable económicamente para otros fines que no sean la lidia. En la ganadería, en cualquiera de sus modalidades de cría, selección y venta, se necesitan de 3 a 4 años para que un toro llegue a un peso ideal para venta de sus carnes. Los críticos del toreo responden que el toro de lidia no es una especie natural, sino el producto de la selección humana para obtener justamente un animal adaptado a las necesidades de la práctica taurina, y genéticamente igual al toro y la vaca doméstica.
Los defendores del toreo argumentan que el toro de lidia es un descendiente de la raza Uro y el último descendiente genética de esta raza.
Si bien, en esta misma controversia se alega que su proceso evolutivo ha sido intervenido por el hombre (organismos genéticamente modificados).
Finalmente, existen otras críticas que apuntan a que la lidia está, en muchos casos, preparada para minar las capacidades físicas del toro mediante el proceso de afeitado que consiste en modificar los cuernos del toro, para que su ataque no sean tan peligroso para el torero.
*En lo particular esta clase de eventos en donde se utiliza a estos animales para saciar una sed de sangre, me repugnan.
Peor aún si dicen: "es de machos", yo diria "es de enfermos".